Entre la vigilia y el sueño, la pasión...

http://locuspersis.blogspot.com Esa noche estaba linda Buenos Aires. El cielo estaba estrellado, el airecito que venìa del rìo daba ganas de caminar de la mano con alguien. ¡Estaba tan linda Buenos Aires...! Un veranito que no se iba y el recuerdo fresco de las vacaciones daban ganas de tomar una gaseosa y ponerse romànticos. ¡Què linda es Buenos Aires...! Sin embargo, nadie mirò las estrellas, nadie caminò de la mano acompañado, nadie se puso romàntico... todos gritaban, se peleaban,... nadie escuchaba... Aùn asì, sigue siendo linda, ¡lindìsima!, Buenos Aires. Aunque haya gente haciendo ruidos con las cacerolas o chicos revolviendo la basura. Es linda porque en ella vive mi gente, mi pueblo que sufre pero tiene esperanza que todo esto, algùn dìa, cambiarà. Cuando ello ocurra, quiero estar allì para ver a los chicos enamorados que salen a caminar bajo las estrellas y se miran a los ojos tomando una gaseosa. Los adultos tenemos que hacer que ese dìa llegue,... que esa esperanza no se ap

http://locuspersis.blogspot.com Detrás de los amigos No cabe duda que los vampiros están siempre de moda. No importa el tiempo, el lugar o las costumbres: siempre están cerca. Esto me hace acordar lo que ocurrió en un pueblito de Buenos Aires, no hace mucho. Fue después del "cacerolazo" ¡Época de crisis como pocas en la historia de nuestro país! Mucha gente se fue de nuestra querida Argentina con promesas de bienestar hacia nuevos horizontes. Sin embargo, lo que ocurrió en este pueblo fue diferente. Esa tarde había sido imposible dormir la siesta. Unos mates debajo del paraíso harían olvidar un poco del calor, la humedad y los mosquitos ... o no. No importaba. Esa era una cita obligada. Una costumbre irrenunciable de los muchachos de la cuadra. De niños se juntaban por las tardes en la esquina para jugar a algo, después de hacer las tareas. En la adolescencia la cita era para hablar de chicas o fumar cigarrillos. Ahora, a edad madura, la reunión era para tomar mate y hablar d