Él y Ella (VI)
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Ella estaba tratando de cambiar su vida, quería un poco de sol, un poco de paz; no pedía más. Para lograrlo, sabía, era necesario reconciliarse. ¿Pero cómo se hace cuando el enemigo viene desde el interior del alma?
Hundida en el silencio, y en una dura cobardía, se paró frente al espejo para verse toda entera siguiendo las recomendaciones de su terapeuta.
No estaba conforme con lo que veía, le incomodaba su propia mirada. Sin embargo... si lo intentaba...
Lentamente comenzó a desabrocharse los botones del vestido, no muy convencida de lo que haría. Debía quitárselo ...
Ahora estaba de frente al espejo, semidesnuda, tratando de asumir su imagen corporal. Era incómodo... pero... no tanto.
Con un aliento de curiosidad que la estimuló a seguir adelante, se quitó el sostén y descubrió que el tiempo aún no había dejado sus huellas.
Su corazón latía desenfrenado, como si estuviera haciendo algo prohibido. Una brisa fresca, que entró por la ventana entreabierta, la hizo estremecer entera...y casi desiste.
Estaba a un paso de lograr lo que se había propuesto, ¡para qué pensar más! y con movimientos tímidos se quitó el resto de la ropa interior.
Demasiada desnudez la turbaba.Tímidamente, con una mano, se quitó la cinta que le sujetaba el cabello y dejó que cayera sobre sus hombros. Ahora se sentía más cubierta.
Lentamente; recorrió con su mirada cada parte de su cuerpo. Con indulgencia primero, complacida después.
La mujer que veía en el espejo era un ser desconocido para ella y era ella misma. Siempre se había ocultado detrás las ropas; ahora veía que lo que escondía era una bella mujer.
Ella, desnuda, admiraba su descubrimiento y aceptaba en el espejo como amigo.
Él, la observaba desde la ventana del edificio de enfrente.
6° (Último piso)
Hundida en el silencio, y en una dura cobardía, se paró frente al espejo para verse toda entera siguiendo las recomendaciones de su terapeuta.
No estaba conforme con lo que veía, le incomodaba su propia mirada. Sin embargo... si lo intentaba...
Lentamente comenzó a desabrocharse los botones del vestido, no muy convencida de lo que haría. Debía quitárselo ...
Ahora estaba de frente al espejo, semidesnuda, tratando de asumir su imagen corporal. Era incómodo... pero... no tanto.
Con un aliento de curiosidad que la estimuló a seguir adelante, se quitó el sostén y descubrió que el tiempo aún no había dejado sus huellas.
Su corazón latía desenfrenado, como si estuviera haciendo algo prohibido. Una brisa fresca, que entró por la ventana entreabierta, la hizo estremecer entera...y casi desiste.
Estaba a un paso de lograr lo que se había propuesto, ¡para qué pensar más! y con movimientos tímidos se quitó el resto de la ropa interior.
Demasiada desnudez la turbaba.Tímidamente, con una mano, se quitó la cinta que le sujetaba el cabello y dejó que cayera sobre sus hombros. Ahora se sentía más cubierta.
Lentamente; recorrió con su mirada cada parte de su cuerpo. Con indulgencia primero, complacida después.
La mujer que veía en el espejo era un ser desconocido para ella y era ella misma. Siempre se había ocultado detrás las ropas; ahora veía que lo que escondía era una bella mujer.
Ella, desnuda, admiraba su descubrimiento y aceptaba en el espejo como amigo.
Él, la observaba desde la ventana del edificio de enfrente.
Comentarios
Me falta ese vecino de enfrente... jaja
No hay más pisos....?
Un beso