2 de abril

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Para mi amigo y ahijado Evaristo Jorge, que estuvo en Malvinas y volvió para contarlo, dedico este relato que tanto le gustó. En él quiero rendir mi homenaje a todos aquellos que fueron a defender nuestra Patria.
Yo soy una de las personas que tejió gorras, pasa montañas, bufandas y mandó cartas y chocolates "para los chicos" que en ese año tenían entre 18 y 20 años.
También, en Susana, su esposa, quiero hacer llegar mi saludo a aquellas personas que en silencio o a los gritos esperaron a sus seres queridos que volvieran.
A los demás lectores, ¡disculpen la repetición del relato!

HÉROES
Sus piernas se estaban acalambrando, el frío le adormecía las manos. Cada paso que se hundía en el barro era más lento que el anterior... ¡Qué fácil sería rendirse!...El recuerdo de la mirada de una jovencita enamorada lo impulsaba a seguir adelante aún en contra de sus debilidades. De pronto, un estallido lo empuja hacia la zanja y se encuentra con la cabeza de su amigo. Era todo lo que quedaba de él. El grito ahogado lo sobresaltó y se sentó de un golpe en la cama.
Otra vez ese sueño. ¿Cuántos años hacía que soñaba con la guerra?
Simón miró a su lado y vio a la dueña de esa mirada que dormía profundamente. Estaba acurrucada en su pecho y apenas sintió el sobresalto de su marido, se acomodó de costado.
¿Qué hubiera sido de Simón si Jorgelina no lo esperaba? ¿Si Jorgelina no hubiera apostado a que superaría la guerra?
La noche ya estaba interrumpida, era imposible reanudarla. Fue a la cocina, puso un poco de agua en la pava y se preparó unos mates. Sorbo a sobro volvió a vivir las escenas de la última batalla. Volvió a sentir el frío y la humedad de la islas, volvió a oler la sangre de su pelotón, volvió a sentir miedo.
-¿No dormís?- Jorgelina había adivinado el desvelo de su esposo y quiso acompañarlo como entonces.
-¿Las nenas duermen?- sólo preguntaba para ahuyentar las imágenes del tormento, no necesitaba la respuesta.-¿Querés un mate?
- Hace frío acá, vamos a la cama
Jorgelina sabía que por la mañana muchos hablarían de lo que ocurrió en Malvinas y su esposo tendría que responder a todas la preguntas que lo haría revivir la guerra. Algunos le harían homenajes, otros emitirían opiniones contra el gobierno, quizás hasta se atreverían a imaginarse en su lugar. Sin embargo, nadie podrá saber, como él, lo que sintió, siendo un niño de dieciocho años, al cargar un viejo fusil y pensar en la muerte.
Los diarios y los libros hablarán de todos aquellos que estuvieron en la guerra. Especialmente de los caídos. Correrán historias y anécdotas, aventuras y fantasías. Pocos caerán en la cuenta de que esos muchahos, los que regresaron, aún viven la guerra.
Todavía no arriaron su bandera. Siguen siendo héroes en combate.

Comentarios

Melody Paz ha dicho que…
Persis conmovedor relato, como un nudo en la garganta. Pensar en todos esos jovenes viviendo el infierno de la guerra, y muchos aún luchando contra las fantasmas de ella. Que bueno leerte. Un besito, nos vemos.
Liliana G. ha dicho que…
Persis querida, uno no puede más que emocionarse con semejante relato, tan real y tan descarnado, pero a la vez tan cálido gracias a tus letras.
Aquel dos de abril yo estaba a punto de dar a luz mi primer hijo, jamás me olvidaré, que mientras Daniel nacía, otros hijos morían por la locura de un puñado de asesinos, pero honrando a nuestra Patria.

En aquel entonces escribí este poema:

HOMENAJE A UN SOLDADO MUERTO

Muchachito que partiste
una fría mañana de abril
en el tren de la gloria
y sin boleto de regreso...
¿Dónde estás?
Yo sé que quedaron dormidos
tus sueños
en la cuna de la Patria
y tu destino, fue el destino
de tantos hijos de este suelo.
Cuando te fuiste no sabías
de las guerras y el dolor,
del fantasma de la muerte
que rondaba por doquier,
del adiós de tantas madres,
del frío de tantas noches
y del hambre del rencor.
Sólo comprendías el canto
de los pájaros en el viento,
melodía eterna de amor.
Mas la vida te abrió los ojos
al holocausto de la guerra
y no supiste qué era cierto,
si tu ayer, o tu hoy...
¿Dónde estás?
Casi niño partiste,
ya nunca crecerás
y las flores que cubren tu tumba
lloran penas de recuerdos y sal.

Un beso inmenso, querida amiga.
ELILUC ha dicho que…
...he sentido una tristeza tan grande!
un abrazo
Leny Pereiro ha dicho que…
Hola Persis,
Me ha gustado mucho tu relato, es realmente conmovedor.
Lo de Malvinas es una instancia trágica, un quiebre de nuestra historia...Y como tal nunca debería olvidarse.
La revalorización de aquellos muchachos merece ser permanente y eterna. Aunque no parece ser así para todos...

Si podés, date una vuelta por mi blog y leé Estaciones y Estaciones II.
Un humilde pero sincero homenaje para ellos...
Besos,
Amanhui Gara Magec ha dicho que…
Hola Soy Jose M. solo queria dejar mi huella por aquí,he encontrado su bloc causalmente y tansolo queria felicitarla por sus escritos..ademas resulta curioso ya que conozco a Gabriel Silva que es el autor de Avanti,ademas de ser uno de los miembros del grupo Osiris!
Saludos fraternos
Josemary Doña

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